viernes, 16 de febrero de 2024

Arona - Los vecinos de Cabo Blanco piden más seguridad en el barrio.

Vecinos de Cabo Blanco denuncian falta de medidas contra el trapicheo de drogas.

Control Policial en la zona de Cabo Blanco (Foto: Policía Local de Canarias Blog).
Control Policial en la zona de Cabo Blanco (Foto: Policía Local de Canarias Blog).

Los vecinos explican que la delincuencia asociada a la venta de estupefacientes y las molestias a residentes van a más en las barriadas de San Martín de Porres y Santa Rita.

Algunos vecinos de las viviendas sociales de San Martín de Porres y Santa Rita, en el barrio de Cabo Blanco del municipio de Arona, muestran su preocupación ante la falta de seguridad y la impunidad con la que se mueven quienes se dedican a la venta de drogas, a otros delitos e, incluso, a ocupar algunas casas.

También se quejan de la falta de medidas por parte de las administraciones y las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Uno de los episodios graves se vivió el pasado 13 de enero en la zona de Santa Rita, cuando varios individuos llamaron a una empresa para que cambiara la cerradura en la vivienda de una pareja. Cuando esta regresó acompañada de dos guardias civiles, los mismos individuos atacaron con machetes al hombre y le provocaron heridas de gravedad, lo que obligó a intervenir a diversas dotaciones de la Policía Local.

La Policía Judicial de la Guardia Civil detuvo a tres presuntos autores de la agresión y dos de ellos ingresaron en prisión provisional.

Días después, la mujer de la víctima tuvo que abandonar el barrio y buscar refugio en otro domicilio en el sur de Tenerife, a raíz de las amenazas recibidas por los familiares de los arrestados.

Uno de los ciudadanos del barrio explicó que en una plaza de la zona había cuatro locales, de los que dos se derribaron, y los otros dos se utilizan como viviendas "y también, para otras cosas".

Señala que quienes viven allí, "se pasan las casas de unos a otros", a la vez que se aprovechan de enganches ilegales al suministro eléctrico.

Este vecino comenta que también se distribuyen sustancias estupefacientes en algunos pisos ocupados en la zona de San Martín de Porres, la barriada creada por la Administración a finales de los años 70 en el extremo este del barrio de Cabo Blanco.

"Los vecinos que trabajamos honradamente sufrimos la música alta hasta las cinco de la madrugada y procede de esos dos locales convertidos en casas".

Un implicado en la agresión con machetes de enero vendió la casa que ocupaba y se marchó.

Otro de los residentes, señala que las molestias también son generadas por quienes acuden a "comprar drogas y a montar escándalo" en la zona, llegan con la música alta en sus coches y se ponen a hablar alto debajo de las ventanas de los vecinos que, pocas horas después, deben acudir a trabajar.

Después de que se produjera el ataque con machetes del pasado mes, agentes de la Policía Local de Arona montaron controles en los accesos a dicho enclave del barrio para intentar frenar el problema de los enfrentamientos y la compra-venta de sustancias ilícitas. Sin embargo, esas acciones requieren de continuidad para que tengan verdadera eficacia.

Una de las personas consultadas afirma. 

"Hace 30 años que todos los gobiernos del Ayuntamiento saben de esa ocupación ilegal de las dos casas y no se toman medidas, se mira para otro lado".

"Uno de los implicados en la agresión con machetes vendió de forma ilegal la vivienda ocupada en la que estaba y se marchó a otro lugar".

Respecto a las víctimas del intento de ocupación y los ataques del 13 de enero, comenta que;

"Son gente honrada y trabajadora, buenos vecinos, que hasta ese día no se habían dejado amedrentar".

Las amenazas suceden entre las partes implicadas.

Uno de ellos, el que se atribuyó el papel principal de los hechos ante la autoridad judicial, gritó en la vía pública, poco después de tratar de ocupar el piso de los afectados:

"Ya cambiamos la cerradura, porque aquí no van a volver a entrar por mis cojones."

"Y que se atrevan los payos. Ya me quedé con la casa de ellos".

Así figura en el auto donde se decretó su ingreso en prisión preventiva y el de otro de los implicados, que fue dictado por el Juzgado de Instrucción número 3 del partido de Arona.

"Estamos cansados y aburridos, porque hay varias familias conflictivas".

"En pleno siglo XXI no se puede vivir con miedo y, si ellos no se adaptan a la convivencia con el resto de ciudadanos, serán las administraciones las que deban tomar medidas al respecto".

Y es que supuestamente también hay amenazas y advertencias veladas a algunos de los residentes para que no cuenten a las fuerzas de seguridad lo que ocurre en determinados pisos y calles.

"Tenemos niños que no pueden salir a jugar a la calle o los parques por miedo al chantaje, al abuso de los menores de esas familias".

En los últimos días, algunos de los implicados en la agresión con machetes del 13 de enero se han marchado de Cabo Blanco, explican las fuentes vecinales. Y también salieron de la zona quienes residían en los dos locales utilizados como viviendas. 

Ambos inmuebles fueron ocupados por otras personas y entre los residentes de una y otra casa ya ha habido también peleas. De hecho, uno de los individuos fue detenido la pasada semana y el pasado sábado quedó en libertad.

Sin embargo, las personas consultadas creen que han tomado esa decisión "hasta que se calmen las aguas, que no se han ido muy lejos y que regresarán en el momento en que se sientan seguros" de que pueden volver a actuar con cierta impunidad.

Vehículo patrulla en la Barriada de Cabo Blanco (Foto: Policía Local de Canarias Blog).
Vehículo patrulla en la Barriada de Cabo Blanco (Foto: Policía Local de Canarias Blog).

El edil de Seguridad afirma que en las últimas semanas han aumentado los controles policiales.

El concejal de Seguridad de Arona, Alexis David Gómez, explicó que el Ayuntamiento ha hecho reforzar la vigilancia y la seguridad ciudadana en toda la zona, de forma conjunta con la Guardia Civil.

Según Gómez, también se ha solicitado al Instituto Armado que realice controles más exhaustivos de seguridad ciudadana y patrulle con más frecuencia por dicho enclave de Cabo Blanco.

En cuanto a la inseguridad que manifiestan los vecinos, explica el edil que;

"Es comprensible, dados estos últimos hechos que han ocurrido, que son bastante lamentables y que esta corporación lamenta profundamente".

No obstante, Alexis David Gómez desea transmitir un mensaje de tranquilidad hacia los residentes en las viviendas de Santa Rita y San Martín de Porres

"Que sepan que el Ayuntamiento está tomando medidas, como ellos pueden apreciar a día de hoy en las calles, con el refuerzo de determinados controles de seguridad ciudadana".

Señala el concejal que es cierto que, cuando se construyó este conjunto de viviendas había cuatro locales que se habían diseñado como espacios sociales y estos fueron ocupados por una serie de familias, que hicieron de ellos sus casas.

Apunta Gómez que dos de esos locales fueron desalojados y demolidos, pero en la actualidad se mantienen ocupados otros dos inmuebles.

Y sobre en dichas casas se llevan a cabo actividades delictivas o no, cree el edil que;

"Deben ser las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado los que realicen las investigaciones para, en caso de que sea cierto, erradicar totalmente este problema de nuestras calles".

Fuente: El Dia.

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